Turco apareció en la vida de una persona muy especial, no importa quien, de la peor manera posible cerca del Hostal El Retiro. Tenía el aspecto de ser un perro abandonado hacía ya mucho tiempo y la mala fortuna de haber sido atropellado por algún coche del que, seguramente, su conductor pensó “un perro menos”.
Pero no fue así.
Lo llevó al veterinario (Jordi, nos acordamos de ti), le escayolaron la pata rota por varios sitios, y se encontró con un nuevo problema en forma de perro abandonado, uno más de los que siempre encontraba sin buscarlos, pero ¿Qué hacer con él?
Me consta que intentó por todos los medios encontrarle una familia, entregarlo a una protectora, buscar a alguien que pudiese interesarle un perro con una pata escayolada…pero ya no era un cachorro y a nadie parecía importarle.
La realidad no suele parecerse a lo que a uno le gustaría contar, y sé que fueron muchas sus lágrimas antes de decidirse a colgarle un cartel, en inglés y español, para finalmente dejarlo en una urbanización cercana...
Sus lágrimas le hicieron volver, buscar su rastro de perro abandonado, pero nunca volvió a saber de Turco.