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NOCHE DE LAS ALMAS O ÁNIMAS

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Fiesta Hallowieen en Almoradí
Día de Todos los Santos,  fecha de visita obligada al cementerio, en la que se rinde homenaje a nuestros difuntos. Esta noche, aunque poco a poco parece  ir derivando a la del día anterior  -Halloween-, se celebra la noche  de las almas o de ánimas.
Pocos saben que a nuestros antepasados, en esta noche, les gustaba  narrar historias  de aparecidos, siniestros relatos de aquellos que buscaban perdón o venganza.. Noche de mariposas encendidas en habitaciones apartadas para iluminar a las almas.  Ni siquiera nos dejaban sentar  en la cama recién hecha, porque las almas de los difuntos volvían a dormir esa noche.
La bata camilla y el brasero -entonces hacía frío- daban pie a una charla animada con dulces, licores, calabaza asada, gachas y arrope, una peculiar manera de vivir esta tradicional noche, en la que los niños -y algunos mayores- no querían irse a dormir solos.
Hoy la tradición, algo siniestra, ha desaparecido -como otras muchas- prácticamente de todos los hogares  para dar  paso en nuestras calles al Halloween de las calabazas, disfraces, caramelos y el "truco o trato" con el que los niños llaman a las puertas.
Nuestro cementerio en el día de Todos los Santos

El Bosque de la Segunda Planta, un proyecto de "SolidariaShop by Asun Roca"

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Feliz por haber tenido la oportunidad de asistir esta misma mañana a la inauguración de "El Bosque  de la Segunda Planta"  del servicio de pediatría del Hospital Vega Baja, un proyecto concebido y financiado por "SolidariaShop by Asun Roca", una inquieta emprendedora almoradidense que, con una dedicación y esfuerzo envidiable,  va consiguiendo todas -absolutamente todas- las metas solidarias que se propone. ¡Sigue así!  
El Bosque -antes fríos pasillos y salas de consulta-, es ahora un mágico espacio lleno de luz y color que atrapa al visitante, y ha contado con artistas de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernandez y con los propios niños hospitalizados. 
Puedes seguir sus múltiples proyectos AQUÍ
ENLACE A LA NOTICIA EN EL DIARIO INFIRMCIÓN AQUÍ



Almoradí y Restaurante Los Infantes en el Primer Encuentro Solidario "Arroces de la Vega Baja"

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 La Gastronomía de Almoradí vuelve a estar representada en nuestra comarca; en esta ocasión se trata del Primer Encuentro Solidario "Arroces de la Vega Baja" que se organiza en Torrevieja. Un evento organizado por Rotary Club, en el que participa además la Diputación de Alicante y los ayuntamientos y restaurantes de las siguientes poblaciones: 
Torrevieja, Daya Vieja, Orihuela, Pilar de la Horadada, Callosa de Segura, Rojales, Los Montesinos, Benijofar, Benejúzar, Redován, Guardamar del Segura, y por supuesto, Almoradí. Encarni Infantes y José Francisco Gómez -del Restaurante Los Infantes- serán los encargados de elaborar un arroz con alcachofas de la Vega Baja.
Los beneficios del encuentro se donarán a las Ong’s, Adiem, Cruz Roja Española y la Fundación Rotaria.


LA TRAGEDIA DEL PASO A NIVEL (1914)

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Anoche, a la hora de la llegada del tren torero procedente de Alicante, se divulgó la noticia de una catástrofe automovilística, ocurrida en el paso a nivel de Almoradí.

En vista de la magnitud de la catástrofe, inmediatamente salió para el lugar del suceso en su propio vehiculo uno de los redactores de “El Liberal”, quien regresó al amanecer del día siguiente con la siguiente crónica:

“El espectáculo que ofrecía el lugar de la catástrofe era horriblemente trágico. Una extensión de terreno como de 400 metros habrá servido de espantoso teatro a la inmensa desgracia ocurrida. El suceso, como ya saben nuestros lectores había ocurrido en el paso a nivel del camino que va de Rojales  a Almoradí, cerca de la estación de éste. Sin duda, la desgracia debió motivarla el exceso de confianza que el malogrado señor Server tenía en el manejo del automóvil. Al parecer, el auto iba a bastante velocidad, cuando los viajeros se encontraron con el tren 144, o sea, el que llevaba los viajeros de los toros a Torrevieja, que avanzaba a toda marcha.

El conductor, ya avezado a estos trances quiso franquear el peligro, confiado en que el coche podía salvar el paso a nivel, a pesar de estar echada la cadena que sirve de guardabarrera. El automóvil saltó la primera cadena sin romperla, y sin duda al franquearla con el juego delantero, la cadena
enganchó el coche por debajo no dejándolo avanzar. A esto se precipitó el tren sobre el vehículo, dándole el primer fuerte golpe y arrastrándolo en la marcha mas de doscientos metros.
Como a unos cincuenta metros del paso a nivel se cayó el cuerpo del que en vida fue querido amigo de todos, don Diego Fontés Alemán. 
Tenía el infortunado señor Fontés la cara completamente destrozada. En el pómulo derecho una profunda herida le dejaba al descubierto la mandíbula.
Un gran reguero de sangre había junto al cadáver. Las piernas las tenía torcidas hacia dentro. En la cabeza, hacia el lado izquierdo, tenía una herida bastante profunda, de la que también le manaba abundante sangre. Los ojos entornados dejaban ver la retina, vidriada, cadavérica.
Varios metros más arriba en dirección a Rojales y al lado derecho de la vía estaba el cadáver del doctor Viviente. Este señor era el que estaba más desfigurado. Tenía la cabeza completamente destrozada y el cuerpo aplastado. La cara era una masa informe de tierra y sangre, que apenas le dejaba ver las facciones del rostro. La pierna izquierda aparecía contorsionada en sentido inverso y la derecha estaba quebrada por la tibia en su tercio inferior, habiéndose roto el pantalón y saliéndole el hueso a la parte afuera. En las manos también tenía lesiones y arañazos.
El Inspector del timbre, señor Laso, cuando acudieron las primeras personas al lugar de la catástrofe, aun tenía vida. El tren detuvo la marcha y el cuerpo del señor Laso fue depositado en el furgón de cola. Allí le prestaron los primeros auxilios un médico de Rojales y el doctor Meseguer. El desgraciado don Gabriel Laso estaba agonizando y los auxilios de la ciencia resultaron inútiles, pues falleció media hora después de ocurrir el suceso, en el citado furgón.
Los auxilios espirituales se los prestó el vicario de Almoradí don Antonio García.
El señor Laso tenía una fuerte lesión en la cara, el labio hinchado, y de la boca le salía un hilillo de sangre que le había manchado el guardapolvo, la chaqueta, el cuello, la corbata y la camisa.
El infeliz y desgraciado don Ramón Server fue arrastrado, ocupando su puesto en el volante del coche, a una distancia de cuatrocientos cincuenta metros del sitio donde el automóvil recibió el topetazo del tren. El señor Server, con el vehiculo, cayó al lado izquierdo de la vía, quedando en el asiento del conductor, inclinado hacia la izquierda y con los brazos colgando.
No tenía en el rostro ninguna lesión, pareciendo que se había quedado dormido en aquella postura.
Sin duda debió matarle algún fuerte golpe recibido con el volante en el pecho. Las ropas de esta victima estaban en desorden.
Las lesiones que sufre el joven director del Garaje Internacional don José Pascual Riquelme, hijo del Marqués de Peñacerrada, afortunadamente no tienen la gravedad que se creyó en un principio.
El señor Pascual solo ha sufrido ligeras lesiones en las manos y piernas, y una pequeña herida en la cabeza, que le produjo una ligera conmoción.
Cuando acudió gente al sitio de la catástrofe el señor Pascual se levantaba del suelo y febril  é instintivamente sacaba de la petaca un cigarro que quería encender sin abrir el encendedor, que también tenía en la mano.
Al propio tiempo pronunciaba palabras incoherentes, preguntando por su primo el Marqués de Río-Florido, que habita accidentalmente en Almoradí, pidiendo que le dieran de cenar y deseando enterarse de la suerte de sus compañeros.
El señor Pascual entró después en una crisis nerviosa.

Seguidamente de ordenar el juez el levantamiento de los cadáveres, estos fueron depositados en cuatro carretas al cementerio de Almoradí, con las debidas precauciones. Allí quedaron depositados, entrando a la derecha: primero, casi junto a la puerta, el cadáver de don Ramón Server, con la mano derecha apoyada en el pecho y, al parecer, dormido. Más a la derecha y cerca de la tapia del cementerio estaban los cadáveres de don Gabriel Laso y don Diego Fontés, y hacia el fondo, el cadáver del doctor Viviente.
Allí estaban velando a los cadáveres numerosos vecinos de Almoradí.
Varios señores llegados anoche de Almoradí nos dijeron que en vista del estado de descomposición en que se encontraban los cadáveres de las infortunadas víctimas de este suceso, se había hecho totalmente imposible el trasladarlos a esta capital, por lo que se decidió darles sepultura en el cementerio del citado pueblo."

Crónica resumida del libro "Sucesos de Almoradí"

LOS ARTISTAS PLASTICOS DE LA COMARCA SE CONSTITUYEN EN ASOCIACIÓN

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Un numeroso grupo de artistas plásticos de la comarca se asocian para favorecer la difusión de la actividad creadora así como de sus autores relacionados con la comarca del Bajo Segura. Entre las actividades que se proponen realizar están: jornadas de puertas abiertas de estudios y talleres, colaboraciones con otras asociaciones o entidades relacionadas con los mismos fines, compromiso de colaboración con sus miembros y, en suma, promocionar y ejecutar actividades relacionadas con la creatividad artística en todas sus variantes.

"EL VIEJO", un relato de Conchi López

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Con la misma atracción que sufren los amores fatales, volvía a caer el sol, fundido y en picado en los brazos de la Sierra de Callosa. Cada día y siempre. De la misma manera se dejaba caer el viejo en bicicleta hasta su huerta, perdida en un laberinto de veredas y azahares sobre el encaje de las faldas de esa sierra. Y caerá fundido y en picado también por esa atracción, llevando un relieve de azadas labrado en el lienzo de sus manos y arrastrando a sus espaldas el nombre de todos los viejos venideros. Desde el corazón de su huerta, partían redes de veredas atravesando Moñino, Gomares, Mayayo, Saladares...y seguían desangrándose hasta un más allá desconocido para él, más allá de la sierra que le orientaba y hasta de la línea del tiempo. Eran y son como venas hinchadas cruzando pastizales y vergeles, bañadas de sol y de rio, y pintadas de poesía, aquí y allá, con el pincel de las palmeras. Pero el viejo no ha oído hablar por allí de un tal Miró, Sequeros o de Hernández y menos sabe de poesías, es viejo de pocas letras y nadie le suena sin el mote. Sin embargo, entre veredas como esa pajarearon sus almas colmeneras. 

Pues por ese allí de un ayer, iba avanzando el viejo a trompicones, espantando saltamontes y esquivando los chinarros del camino, hasta que las ruedas de la bici se le quedan sin viento y al viejo le falta hasta el mismo aliento. “Otra vez este dolor de ijá que me va a dejar frito”. 
Descabalga de su vieja montura y llega caminando, casi sin resuello, hasta la vereda que da entrada a sus naranjos. Es la hora de la postura de sol, cuando su luz prende fuego a las nubes arreboladas y se alargan, a cada paso, las sombras de la espalda en todos los caminos. Es esa hora inefable en la que el cielo se desnuda de azules y se viste de gala con las gasas nocturnas, pasando de los anaranjados gajos del atardecer al terciopelo de los higos en la noche. No, a estas alturas de su vida, no era el viejo de sentir tanta floritura, pero esos algodones derretirían hasta el alma más dura, aunque nunca lo diga. No en vano, millones de huellas colonizadoras, romanas, moras y cristianas, latían aún bajo esta tierra, millones de veces labrada, plantada y regada y ese derroche de colores había estado siempre ahí, burlando con su belleza la ignorancia de los tiempos. Había visto 72 años de atardeceres, sí, pero no tenía palabras para describirlos; se ha hecho de noche, igual que se hace de día, ya está, lo que está al raso, se cobija, hora de parar el tajo y descansar, sin más poesía que la costumbre. 

Ya en mitad de la vereda siente el primer pinchazo en el pecho que solo los pájaros verían y otro último lo haría caer más tarde como cae la simiente en una huerta milenaria. Ella, acostumbrada a engendrar vida, lo arrullará con el ganchillo de todos los verdes del mundo...pero eso llegará después. Porque ésta es la noche prometida, sus árboles llevan casi un mes esperando la tanda, sin lluvia alguna, sin piedad de ese sol tan admirado en pinturas y poemas, como inclemente sobre la huerta, capaz de hacer estallar los azahares en primavera y cuartear la tierra en verano, esel mismo que luce su inocente sonrisa en todas las esquinitas de los dibujos infantiles. Poco antes de salir, el viejo se muda el chaleco por su ato de regar; el pantalón arremangao, el nudo en la blusa y los apargates de esparto. Lleva la frente en dos tonos de sol por la sombra de un sombrero y la navaja de injertar de su padre, siempre en el nido de su bolsillo. 

Con la calma de lo viejo, la vieja le prepara el candil y luego dejará sobre la mesa, en su sitio presidencial, un sobrante de camarrojas y una jarra de vino, porque “siempre viene desmayao”. 
Desde que le dio el dolor, la vieja no le quita ojo, no se fía de que este viejo cabezota se vaya solo y la deje sola, desinflándose entre hondos suspiros. “Lleva cuidaico”, le había dicho al salir, cuando lo ve tambalearse al montar en esa bicicleta toda enrobinada y con la azada al portaequipaje. 
Y allí se queda esperando. 
Si de un retrato se tratara, aparecería entre la turbia sepia, la figura oscura de una vieja bajo un porche emparrado, con una mano de visera y otra en la cadera y con la sola compañía del luto de la soga, cuajada de moscas y mondas secas de naranja. 
Y seguirá allí hasta que deje de oír el chirrido quejumbroso de cada pedalada, lo verá alejarse envuelto con la polsaguera del camino y así seguirá viéndolo siempre, difuminado en la sepia de todos los retratos. “Un día de estos se me esnucla de un patacaso, ¡ayy, Señor! Y con este hondo suspiro, pasa de su corazón a sus asuntos, con tanta vocación poética como le dieron la bastedad de los araos. Es cierto que ha tenido que parar, que llega aventao, acarreando la bici hasta el huerto, que la aparca apoyado en la misma palmera donde la encontrarán mañana, pero el viejo llega donde tenía que llegar. Se echa mano con pesambre al pecho, no al corazón, no todavía, sino al bolsillo izquierdo de la blusa, en el hueco que dejó el tabaco de liar, hace un año ya- ahora solo lleva allí la regalicia-. Menea la cabeza pesaroso, en un gesto muy suyo, y acude a levantar el tablacho que ya le pesa como una lápida. 

Con el corazón arrebatado, se sienta en su costón a descansar, un terraplén elevado en el que lleva sentándose toda su vida y antes que él, su padre y, todos los padres que hicieron de esa era un bancal. Y se siente en ese terruño como un dios sentado en el trono que contempla el ocaso de su propia creación. Porque este viejo cabezota se resiste al progreso y se empeña en no dejar perder su huerta, esos árboles los plantó su padre y aunque ya no sean rentables y ya no pueda con su alma, para lo que le queda, se los queda. Tiene a la derecha una higuera amiga cuyas raíces han reventado el escorredor, por más que las corte, nuevos vástagos se empeñan en redrojar, profanando toda piedra por sobrevivir. La higuera, que olvida pronto los golpes de la poda, le extiende sus ramas colmadas de hojas de cinco dedos, espléndidas como el abrazo de una madre.” Este año has pario los higos entreveraos”, le dice el viejo, cogiéndole uno.” Ya lo sé, viejo, es que he perdido la noción del tiempo”, le diría la áspera hoja al oído, dejando que una huella de leche desprendida del higo se le quede pegajosa entre los dedos...Cabezota la higuera, cabezotas las raíces persistentes, que, como el olor de las naranjas, no dejan que se nos olvide fácilmente de las manos. 
De manera refleja, mira a la arqueta que tiene al otro lado, de niño había lanzado piedras a los sapos que había allí, donde ahora solo se revuelca la hojarasca entre la seda de las telarañas. Su padre lo llevaba muchas noches a regar, era toda una aventura ir alumbrando con el candil a cada paso que daba, estrujar los tolmos, chupar el jugo de las naranjas sanguinas, hacer monigotes con el barro...Sí, allí mismo, junto a la arqueta, en este costón de la higuera. 
Cuando el camino se llenaba de carros que venían a recoger la cosecha, muchos frutos estaban en el suelo y servían para guerrillas cítricas, correteando entre las luces del huerto. Y por allí andaba el padre soltando estufios, por la misma razón de verlos así, caídos en el suelo. “Sí, aquí mismo”, se dice, lanzando la mirada al huerto alfombrado por hierbas de gallina, rabanizas, agrillos...y recuerdos. Sabe que todo termina cayendo y el viejo también caerá pronto, tal vez en unos minutos, pero ya está visto que todo lo caído en el vientre de esta huerta cabezota, será parido de nuevo y con más fuerza. Se pasa el brazo por la cara, en otro gesto muy suyo, como queriendo pasar una página o porque le escuecen los ojos. Será de la felpa que suelta la hoja de la higuera o se le habrá metido un puñetero marful, pero no llora, no. Aún no. 
Por si las moscas, lleva siempre un pañuelo en el bolsillo para borrar todo rastro de sudor o flojera, el viejo es un hombre seco y rudo como su padre era, capaz de sobrevivir a las penurias solo con las manos, sin sentimentalismos ni poesías, pero, ¡ay, cómo lo iban traicionado los años! A menudo se le empañaban los ojos y luego ese ijonazo en el pecho que lo mismo iba que venía. Se saca el gurruño de trapo, no vaya nadie a pensar que le dolía algo o peor aún, que fueran lágrimas de verdad. Para disimular, se suena fuerte la nariz, tanto que espanta a los pájaros y, al guardar el pañuelo, nota el tacto de la navaja...y ahora sí, el viejo está llorando. Es justo que se sepa, aunque él no lo reconozca y dirá siempre que llorar es de mujeres y que solo lo hizo tres veces en su vida; por la muerte de su padre, por la guerra y por su última riada, la del 46, y en todas, por sentir que perdía todo lo que tenía. No le gustaría saber que aún lloraría una vez más. Pero volvamos al costón. 
Antes podía fumarse un paquete entero allí, tomando cabos de cuerda en la soledad de su huerta; si tendrá buena cosecha, si la venderá bien, si la cobrará, que si el precio de las naranjas, y el tiempo entre tanda y tanda, siempre con un ojo al agua que caía del cielo y a la que venía del rio, el agua, siempre el agua ... ¿Qué sería de su bancal cuando ya nadie cavie en el costón? Le debía tanto...tanto. Mañana el sol saldrá sin él y serán otros los que lo vean, con poesía o sin ella, porque para él la huerta corría de tanda en tanda por las venas como una herencia inmortal. 
El curso de esa sangre huertana se había tenido que extraviar por alguna arteria en la sangre de sus hijos, un macho y una hembra, como decía él, porque habían perdido la ilusión. El hijo heredero marchó un año a la vendimia francesa y allí se afincó, “la huerta es una ruina, padre”, le dice cada vez que viene,” que arranque los árboles, que labre el bancal”, dice, o que lo venda, que aquí el futuro son los servicios, las conservas y la construcción... Después del amor, la tierra, después de la tierra...nada”, eso decían, por lo bajini, los versos de Miguel que el viejo nunca leyó.” Arrea ca'Dios ande t'as ido, que lo que tenga que ser, será”, fue el afarraso que le espolsó el viejo. Queda dicho que era viejo de pocas palabras, pero se le entendía a la primera.

 Quebraderos de cabeza que tenía por huertano y por viejo, que para una vida ya le eran suficientes. La muerte lo libraría de ver cómo su rio Segura, que tanta vida le daba a su huerta, la enterraba en sus lodos una vez más en el 87. Salvaje y ruiso, el rio “lobón”-así lo llamaba el poeta-, se escaparía por el camino ya aprendido, derribando todas las barreras humanas y volviendo después de su aventura como una balsica de aceite, al remanso de su playa. Pero eso ya les tocaría llorarlo a otros. A través de un televisor en blanco y negro y desde un pueblo francés, allá c'a Dios, el hijo del viejo, ya casi viejo también, distingue las copas de los naranjos y de los limoneros como los lunares de su piel. Y hasta allá debió viajar el zumbido de alarma de las abejas en los azahares que, removiendo un llanto, que antes fue de su padre, lo haría después, volver a su tierra y a su huerta. Al volver, encontraría que la industria florecía, que la huerta se había urbanizado, que todo había cambiado, pero estos hijos se resistieron al empuje de vender y dividieron en parcelas. Arrancarían las cepas de los árboles y sus raíces, patas arriba clamando al cielo, dejarían en el suelo profundos agujeros. 
Volverían a empezar; patatas, habas y alcachofas...taparían todas las heridas viejas. Y ese run-run de los tractores en la huerta hubo de remover también las cenizas en la tumba de los viejos: “Te lo estoy dijendo, vieja, que este tié que volver, la cabra tira al monte”. Una pena que allí nadie vivo pudiera escucharlo y otra más grande, no ver a la vieja acariciando, con hondos suspiros de polvo, su cabezota calavera, ahora sí, sin más pena, descansando en paz. Y es que el curso de los ríos, como el de las vidas, es igual de tormentoso, se puede torcer, manipular con supuesta libertad, pero indefectiblemente, más tarde o más temprano, todo curso descarriado termina cansado y viejo, regresando a su caudal. Pero todo esto ocurriría en un mañana sin el viejo que hoy cavila en su costón. 

Ahí está, esperando a que ruja la vida por el reguerón. No hay sonido mejor en el silencio de esta noche de tanda. Cierra los ojos, viejo, escucha la corriente del agua empujando las paredes sarracenas, cómo se acerca resoplando y burbujea. Así, sin saber nada de poesía, este viejo asiste al mayor idilio posible y por haber entre la tierra y el agua. Ella espera su perfume de humedades y lo recibirá ansiosa con las raíces de par en par, absorbiendo la sustancia con la sed de un moribundo. Él penetrará despacio en sus entrañas cavernosas, borrando los caminos de plata de los caracoles vivos y colándose por las espirales vacías de los muertos, acariciando cadáveres y órganos con su alimento que volverán mañana a retoñar de nuevo... ¡Ay, viejo, cuánta belleza para tan pocos ojos! 

Porque el viejo en su costón tampoco ve todo eso, solo ve el agua desparramarse entre los márgenes, el correteo de algún conejo y más allá, una familia de perdices desahuciadas, y solo lamenta no haber traído la escopeta. Es el agua poca cosa y la tierra, una señora exigente que mañana volverá a lanzar sus quejidos secos a cada pisada, pero esta noche de tanda no hay amor más grande que los una y, aunque no tenga una miaja de romántico, el viejo será el padrino de este casamiento. El convite le recuerda un buen trago de vino y un pincho de camarrojas que, en llegar a casa, le esperan en un plato tapado con otro y que nadie tocará. Avanza la tanda al ritmo de los vapores fértiles de la tierra mojada. Amenizando la velada, un cansino grillo que se oye cerca pero está lejos, o al contrario, y que no ha cambiado ni una sola sílaba, cri-cri-cri, desde la primera glaciación. ¿Qué tratarán de decir con tanta insistencia? 
El viejo no la puede ver, pero, por algún lado,cerca o lejos, una hembra balancea su negro cuerpo al son de esa melodía irresistible y pronto caerá rendida a sus patas. Al mismo ritmo, se arranca la chicharra, con la potencia de una central eléctrica, aun sin inventar. Estos bichos de la siesta habían perdido también la noción del tiempo y ni de noche ya se callan. A falta de un simple transistor, el viejo se sumerge sin querer en esas nimiedades cotidianas, que no son sino otras batallas por amor, tal vez todas lo sean... Media noche en la huerta y media luna tiembla en el espejo del bancal, las estrellas a la mano. Hay un silencio de lo humano, hay un perro que siempre ladra y un rastrojo que cruje cercano. Se puede escuchar el latir del mundo allí, un trajín de agua, de tierra y de sangre, bum-bum, bum-bum, un burbujeo vital. El viejo se agarra el pecho, sí, esta vez al corazón, bum...bum. Este último pinchazo pone fin a su tanda. Las aguas muertas plantan sus pies en el barro en una mortaja de espumas, pareciera que susurran. Un aire de arriba ha erizado las copas de los árboles y va espirando hasta lo más hondo, chsssss...y pareciera que suspiran. Ya sí, ha caído el viejo de bruces en el huerto, y un hombre con la frente de dos tonos, lo llama entre las luces del bancal, con la misma insistencia de los grillos, allí mismo, uno más viejo que él. “¡Ya voy, Padre!”, le contesta el viejo con la voz de niño. El Padre, se pasa un brazo por la cara, menea el cabeza pesaroso y con esos gestos que siempre fueron suyos, se vuelve a aponar sobre la tierra. Está clavando estacas para enderezar los retoños de naranjos recién plantados, esos mismos...Porque así vuelven los viejos de la huerta, como fantasmas. Aquí mismo. Todos tenemos el nuestro... 
Sí, el final es volver a empezar. 
Por esa atracción que sufren los amores fatales, todo es un constante volver. Volverán las aguas vivas de las acequias a morir en los azarbes como hace el sol sobre la sierra una y otra vez, y esta tierra prodigiosa, volverá a temblar y a inundarse con su manso rio. Y una y otra vez, por cualquier cruce de veredas o azahares, volverá un viejo a su huerta, sin saber que, precisamente esa pasión que lo lleva y que lo trae, es ya la más hermosa poesía.

La leyenda de San Andrés

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30 DE NOVIEMBRE DE 2012.
LA LEYENDA DE SAN ANDRÉS:
Artículo publicado en "Un recorrido histórico".
Mural situado en el lateral del Presbiterio ("Martirio de San Andrés), obra de 1942 del pintor oriolano Enrique Luis. 

“Por sucesión de un tiempo a otro tiempo y de un siglo a otro siglo, fue Almoradí poseída de cartagineses, africanos, romanos, visigodos, godos y moros cuyos bárbaros otomanos la poseyeron lastimosamente, con mezquita muy principal en culto de su profeta Mahoma 549 años, esto es, desde el de 714 hasta el de 1263 que el invictísimo Rey de Aragón don Jaime I El Conquistador la rescató el día 30 de noviembre propio del Apóstol San Andrés, habiéndose visto la noche anterior a su conquista por todo el ejército cristiano milagrosamente sobre la mezquita una aspa dorada, símbolo del martirio de San Andrés, por cuyo motivo mandó aquel invicto monarca que purgado dicho sitio de las inmundicias mahometanas, se dedicara y consagrara con toda solemnidad en honor de este Santo Apóstol, como efectivamente se hizo en el siguiente año de 1264, en la dominica de Cuaresma, siendo Pontífice Romano Urbano IV, Rey sobre Castilla y León el Sabio don Alfonso y de Aragón el Predilecto don Jaime I quien concedió a esta Regia Universidad varios privilegios.”

“Crónica Suma de la Ilustre Universidad de Almoradí”
escrito entre 1791 y 1816 por
don José Montesinos Pérez Martínez de Orumbella.


La fiesta de San Andrés

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“En otros sitios, cuando llega la festividad del Patrón, tiran la casa por la ventana, como suele decirse. Aquí en Almoradí, pueblo muy bullanguero y amante de festejos, llegó el día 30 de noviembre, festividad de San Andrés, y pasó inadvertido.

Ignoramos la causa, pero no dejamos de decir que…por algo será.
Pero en fin, este año han resultado un poco más animados, aunque no mucho.
Por la tarde se celebró la acostumbrada Procesión y finalizada ésta, las autoridades obsequiaron en los salones del Ayuntamiento con puros, dulces y bebidas a todos los invitados.”

Diario “El Liberal” del 3 de diciembre de 1926

Por aquellas fechas no debían resultar muy animadas las fiestas del Patrón a juzgar por el articulo publicado, sin embargo, una vez acabada la guerra civil, el entusiasmo Religioso volvió a resurgir. Tengo un viejo programa correspondiente al año 1943 de las “Solemnes Fiestas Cívico-Religiosas” en honor del Patrón San Andrés y éstos eran los actos que se llevaron a cabo:
El día 29, después del volteo general de campanas, disparo de cohetes y pasacalles por nuestra banda, y a partir de las once de la noche la lidia un “magnifico toro” de una “muy acreditada ganadería” para todos los aficionados locales. El día 30 tendrá lugar una solemne Función religiosa a gran orquesta, de cuya Oración Sagrada se encargará el Ilustre Clodoaldo Velasco, Magistral de la Catedral de León.
Después la “grandiosa” Procesión”, que como novedad, a la entrada de la Sagrada Imagen al Templo se disparará una monumental traca de 1.500 metros y una palmera de fuegos de artificio..
Por supuesto, se “recomienda” que el vecindario engalane las fachadas de sus casas, “dando prueba de la veneración y acendrado amor que se siente a su excelso Patrón”.

                                                                    El Liberal  8-12-1927

Alejandro Pertusa número uno del XL circuito alicantino

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El joven deportista almoradidense Alejandro Manzanera Pertusa (del que ya os hable de su extraordinario palmarés AQUÍ y AQUÍ) acaba de proclamarse esta misma mañana en el Club Montemar de Alicante, NÚMERO UNO del circuito alicantino de tenis en categoría Infantil, después de una temporada llena de triunfos (ha sido, con diferencia, el que más partidos ha ganado en el circuito). Un triunfo que le ha servido también para proclamarse campeón del Máster de tenis. Enhorabuena a Alejandro por sus éxitos que, sin ninguna duda, son un presagio de los que están por llegar.  

XXV ANIVERSARIO DE LA CONSTITUCIÓN DE LA ASAMBLEA LOCAL DE CRUZ ROJA EN ALMORADÍ

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Aunque existe constancia documental de la fundación de una Sección Local de Cruz Roja en 1919, fue en abril de 1976 cuando se constituyó oficialmente una primera Asamblea Local que, lamentablemente, acabaría desapareciendo tras la incorporación a la sanidad pública del servicio de extracción de sangre -principal actividad que realizaba la Asamblea en Almoradí-.

Así, y tras un largo periodo de inactividad, un buen amigo y conocido de todos, José Manuel Gómez Andújar, decidió ponerse “manos a la obra” para intentar recuperar la importante labor social que durante décadas había realizado en Almoradí Cruz Roja Española. 
De esta manera, y recomendado por Gabriel Lorenzo Terrés, Andújar se puso en contacto con Javier Quiles Martínez logrando así formar una primera Comisión Gestora Pro-Cruz Roja con el objetivo de realizar los trámites necesarios con vistas a crear una nueva Asamblea.
Tras incorporarse al proyecto un gran número de personas y diferentes reuniones con autoridades municipales -principalmente en busca de un local que cumpliese con las expectativas-, se puso en marcha una primera campaña de captación de socios -el mínimo establecido era de 250- que culminó con la Asamblea de Constitución que tuvo lugar el 17 de diciembre de 1991-se cumplen 26 años-.
Cruz Roja volvía a ser una realidad en Almoradí.
Convendría destacar que actualmente la organización humanitaria cuenta en Almoradí con 1.161 socios activos.

La Asamblea tuvo lugar en el Teatro Cortés y contó con la asistencia del Presidente Provincial Rafael Ramón Borja Berenguer y del Alcalde Antonio Alonso. En la misma se eligieron candidatos y se ofreció, por parte del Consistorio, el edificio de la Escuela de párvulos -misma ubicación que aún mantiene- como sede de la Asamblea. El comité provincial designó a Javier Quiles Martínez Presidente de la misma.
Acto de Constitución de la Asamblea Local en el Teatro Cortés
y Mesa Presidencial del Acto.
Un año después, en 1992, se pone en marcha el Plan de Alimentos, los cursillos de Salvamento y Socorrismo y se asigna una primera ambulancia -a la que seguirían dos más financiadas por la misma Asamblea-. También, y tras adecuar el local que se inaugura el seis de junio, se abre al público y se pone en marcha el servicio de traslado de enfermos y heridos por accidentes de tráfico.
Inauguración de la Sede y apertura al público
De una u otra forma, a lo largo de estos veinticinco años, tanto Javier Quiles como Presidente durante casi quince, y José Manuel Gómez Andújar -como integrante activo del Comité Local- han seguido vinculados a la Asamblea y han sido testigos del devenir de esta institución. Han visto, y es solo un ejemplo,  incorporarse a los soldados que, por primera vez, podían realizar el servicio obligatorio en su propio pueblo como voluntarios de Cruz Roja o a los objetores que podían realizar aquí la prestación social sustitutoria. Han peleado -junto al resto de voluntarios- cada una de las fiestas de la banderita, del Sorteo del Oro y de los numerosos actos benéficos, cuya única finalidad era la de seguir prestando y mejorando un servicio que, hoy,  resulta imprescindible para los ciudadanos de Almoradí.
¡Enhorabuena por vuestro 25 aniversario!
Queda mi compromiso de destacar, en un segundo artículo, la importante labor desarrollada por tantísimos voluntarios a lo largo de estos años y la realidad actual de Cruz Roja en Almoradí.
Jornadas de Voluntariado, 2002.
Exposición Arte y Humanismo, 2003





El Belén de PLAYMOBIL del almoradidense Juan Miguel Pérez Gutiérrez

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Un año más la Hermandad de «El Prendimiento» de Orihuela, ha instalado un belén de figuras de Playmóbil en la iglesia de San Sebastián, algo que hará las delicias de los pequeños...y también de los mayores nostálgicos de estas legendarias figuras. La composición, realizada por el almoradidense afincado en Orihuela Juan Miguel Pérez Gutiérrez, está realizada con más de 3.000 muñecos de la firma juguetera. Su superficie ha crecido este año y si ya en anteriores ediciones era espectacular, consiguiendo dos segundos premios en 2015 y 2016 en la categoría reina del «Concurso de Belenes del Municipio de Orihuela», esta vez las expectativas se han superado.

Son 20 las escenas bíblicas que están representadas en la exposición. Desde el Nacimiento, hasta los Reyes Magos, personajes bíblicos o los pastores, todos guardan la singular estética de «Playmobil» que cuenta con muchos coleccionistas de los populares «clicks», que en este Belén sustituyen a las figuras originales con gran acierto y plasmando las mismas escenas, y alguna más añadida, de otros belenes.Se puede visitar en el convento de San Sebastián, hasta el 7 de enero, en horario de 17.15 a 19.30 horas.
ACCESO A GALERÍA DE IMÁGENES AQUÍ
Fuente : Diario Información y el autor

COMIENZAN EN ALMORADÍ LAS OBRAS DEL TREN DE LA VEGA BAJA.

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Ya han comenzado en Almoradí -centro neurálgico de la comarca-  las obras del proyecto conocido como “ tren de la Vega Baja”, después de recibir el visto bueno del Congreso de los Diputados y del Ministerio de Fomento. Una noticia que ha pillado por sorpresa a algunos vecinos de esta población que se han levantado alarmados con el ruido de la pesada maquinaria taladrando el subsuelo, ya que sus vías cruzarán todo el casco urbano de manera soterrada. 

El trayecto arrancará en Albatera para acabar en Torrevieja -tal y como funcionó durante más de un siglo-, aunque se tiene previsto que las estaciones  sean subterráneas dentro de las mismas poblaciones, con el fin de acercar el tren a los ciudadanos. En el caso de Almoradí, se va a situar en el solar que quedará tras el derribo del Teatro Cortés, donde se levantará una moderna, cómoda y minimalista estación al estilo de la de San Isidro, junto a un complejo hotelero en lo que actualmente es el Bar Galaxia, que mantendrá su peculiar estilo “Kitsch”. La estación contará también con un “bosque de Ficus” (trasplantados desde el Paseo) imitando el jardín tropical de Atocha, ya que el proyecto contempla la construcción de un gran parking en la actual Plaza, para que de una vez se resuelva la carencia de aparcamientos a la hora de ir de compras, a Misa o a la propia estación. Por último, los vecinos pueden estar tranquilos respecto a la actividad cultural que se desarrollaba en el Teatro, ya que el acuerdo con Adif-Renfe -que hoy mismo ha instalado un punto informativo en el Paseo- contempla la construcción de un gran escenario en el estadio Sadrián y el regalo de gorras y abanicos, para todos los empadronados en Almoradí.

Flamenco Teatro de Pilar Andújar en el Teatro Cortés

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La Compañía de Pilar Andújar presenta la producción de ABRAZO en diferentes Teatros en el 2018. Se estrenó en el Teatro Principal de Alicante el 8 de Septiembre del 2017. Arranca en el Teatro Cortés de Almoradí con tan solo una aportación de 2 Euros y 1 Euros para bonificados. Compra tus entradas en taquilla   1h antes del evento o anticipada en la web www.almoradicultura.com (a partir del lunes 15)


ABRAZO es un espectáculo interactivo de Flamenco Teatro que habla sobre todo de la fase del enamoramiento y de la química que éste produce en el cerebro.

Aunque tu intuición te advierta desde un principio, no hay quien atienda a razones. O si?
Se puede controlar el subsconsciente?
Existe el amor a primera vista?
Con un abrazo es suficiente para engancharse?
Lo que si podemos decir a ciencia cierta que toda acción tiene su consecuencia. Unos prefieren no arriesgarse y otros prefieren tirarse al vacio y abrazar aunque haya que morir.
Y tú, de que lado estás?



FICHA TÉCNICA
Dirección y Coreografía
Pilar Andújar
Intérpretes y guión
Miguel Such
Pilar Andújar
Fotografía y Diseño Gráfico
Jorge Arnao
Textos
Olivia Martínez Giménez de León
Pilar Andújar
Miguel Such
Oliverio Girondo
Vicente Aleixandre
Angel Gonzalez
Duración
1 hora

EL CARACOL ¡SUERTE, MAESTRO!

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En Orihuela, en su primera lidia.
Homenaje en el Casino de Almoradí,
y por último con sus padres, en su humilde casa.


Vicente Fernández “El Caracol” es un torero de leyenda que arrastró masas y emocionó a miles de aficionados en España, Francia y América
del Sur.
Mi curiosidad me llevó a leer “En corto y por derecho” una biografía del maestro, y yo, que no soy nada aficionado a los toros, lo que descubrí fue la historia de un niño de la posguerra, pobre, muy pobre (como la mayoría) que descubrió su vocación viendo películas de toreros en el Cine Miravete y comprando el semanario “El Ruedo” en el kiosco del Paseo.

Cuenta que nació el 31 de diciembre de 1939, que ese día amaneció nevada toda la huerta de Almoradí y que su madre le dio a luz debajo de un puente cuando volvía de la faena en la huerta. Con siete años tuvo que dejar la escuela (sólo asistió durante cuarenta días) y ponerse a trabajar para llevar algo de dinero a casa. Entonces era lo habitual.
El apodo de “Caracol” le venía de su niñez, cuando solía jugar en la calle con los amigos a torear, y al verle tan pequeño los vecinos le decían: “Ya está el caracol embistiendo”.

Comenzó capeando vaquillas en la Feria de Almoradí, en plena calle Mayor, aunque fue en el año 56 cuando saltó como espontáneo en la Plaza de Orihuela. Aquella noche le tocó pasarla en el calabozo, muerto de hambre.
Su vida empezó a cambiar a partir de ése momento.
De nuevo en 1959 volvió a saltar como espontáneo, esta vez en Alicante y con un toro de Luís Miguel Dominguin. El 29 y 30 de julio de 1960 se presentaba en nuestro pueblo la primera novillada de Ferias con el gran diestro “El Caracol”, y en 1963 recibió, por fin, la alternativa en Alicante con Paco Camino como testigo. Un año después, con apenas veinticuatro, recibía un emotivo homenaje en nuestro Casino, al que sólo doscientas personas pudieron asistir (el aforo del Salón), sin embargo la multitud que quedó fuera tuvo la oportunidad de brindar con el torero en el Bar de Font.
Ha compartido cartel con los mejores toreros de la época, sin duda ha sido todo un mito, sin embargo y sólo por esta vez me quedaré con aquél niño que empezó a trabajar en la huerta como “espantapájaros” cargado con una lata y un palo para asustarlos.
Al que durante toda su infancia le acompañó, unida a su timidez, una tartamudez que superó gracias a la ayuda de un pequeño hueso de aceituna que se ponía debajo de la lengua.
Aquél que juró no volver a la Mota del río, donde vivió parte de su niñez, si no era para sacar de la mísera barraca de adobe a sus padres, y que al fin pudo hacerlo en su flamante Mercedes para llevarlos al chalet que construyó en la Avda. Dr. Marañón (junto a La Casa Nueva).
En 1988 se retiró de los ruedos.
Actualmente vive en Alicante, donde tiene un Museo Taurino (en la Playa de San Juan), su particular “Museo Caracolista”, y que seguro estará encantado de enseñar a cualquier vecino de nuestro pueblo, del suyo, de Almoradí.
Su libro, la vida de nuestro “Caracol”, sorprendentemente no lo encontré en nuestra biblioteca, no estaba en la Sección Local donde debería haber estado siempre, sin embargo desde hace algunos días allí lo encontrareis.
¡Suerte, Maestro!
(publicado en el libro de Feria 2009)

50 ANIVERSARIO IES Antonio Sequeros Almoradí

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 El IES ANTONIO SEQUEROS está ultimando los preparativos de su 50 ANIVERSARIO que comenzarán a principios de febrero con una exposición documental y gráfica. Para ello está pidiendo la colaboración de todos los antiguos estudiantes con el fin de recopilar información visual sobre la historia del instituto.
Puedes colaborar  enviando tus fotos antiguas sobre el instituto a la dirección de email fotos.ies.antonio.sequeros@gmail.com, indicando la siguiente información para conocer la historia de la foto: autor de la foto, fecha aproximada y descripción de la foto (lugar donde se realizó, motivo, personas que aparecen en ella, y cualquier otra información de interés).

Agradezco a la dirección del centro que haya decidido contar conmigo para organizar dicha exposición. Doble satisfacción, cuando en los trabajos de organización del Archivo Municipal van apareciendo pequeñas "joyas" como la que adelanto: el folleto informativo del inminente comienzo de curso en el nuevo Instituto, fechado en agosto de 1967.


La calle MAYOR de Almoradí

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La actual calle Mayor en los setenta cuando se llamaba de José Antonio.
Cada pueblo tiene su calle Mayor, una calle que en el caso de Almoradí tiene su origen en la reconstrucción tras el conocido seísmo de 1829 -anteriormente no existía- y que partiendo del Ejido de Poniente llegaba al de Levante; es decir, tenía su inicio en la actual calle Miguel Hernández y cruzando toda la Plaza acababa en el Teatro Cortés. Como he dicho, cruzaba la Plaza por lo que antaño transitaban los carros y tartanas por delante de la Iglesia.
En 1906 se decide cambiar el nombre desde la esquina del Casino y dedicarle esos dos tramos al ilustre Tomás Capdepón, nombre que mantendría hasta el inicio de la guerra civil que se cambió por el de Francisco Sola (aunque lo volvería a recuperar en acabar la contienda).
Reducida a dos tramos, pronto se ampliaría hasta la calle Valencia, en 1931 pasó a llamarse Blasco Ibáñez y tras acabar la guerra se cambió por el de José Antonio (añado que Primo de Rivera), nombre que perduraría hasta 1983 cuando recuperó el original de calle Mayor.
Una curiosidad: durante la dictadura el nombre de la calle José Antonio no se llegó a cuestionar y así era llamada, sin embargo, la de Tomás Capdepón -a pesar de haberse aprobado en pleno su nombre tras la guerra civil- pasó a ser conocida por todos como "la calle Mayor". Curioso.
La calle Tomás Capdepón en los años 30, parte de la calle Mayor
desde su origen en 1829 hasta 1906; y conocida
también como calle Mayor durante la dictadura.


Antonio Alonso Gutiérrez

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Antonio Alonso Gutiérrez

Alcalde de nuestra localidad en diferentes periodos.
Una primera etapa, desde el 20 de marzo de 1972 hasta el 29 de Abril del 77.
Una vez restablecidas las elecciones democráticas, el 30 de junio del 87 volvió a ser nombrado Alcalde, y se mantuvo en el cargo hasta el 23 de septiembre del 93.
A principios de ese año sufrió una hemorragia cerebral que le obligó a dejar temporalmente la vida política. Sin embargo, y una vez recuperado, volvió a ocupar la Alcaldía el 17 de junio de 1995, cargo que mantuvo durante cuatro años.
Las entrevistas que incluyo corresponden a las tres diferentes etapas de su mandato.

1976
 
1988

1998

'Brujaveleta' del almoradidense José Antonio Lozano gana el XV premio de poesía infantil 'Luna de Aire'

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José Antonio en la última edición de los certámenes literarios
de Almoradí, donde también fue finalista con la obra "Caricias del agua"

La obra 'Brujaveleta' de nuestro paisano José Antonio Lozano Rodríguez, ha sido la ganadora del XV premio de poesía infantil 'Luna de Aire' que convoca el Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil (CEPLI) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) con el objetivo de promocionar la creación poética para niños.
En esta XV edición se presentaron 105 libros procedentes de casi todas las comunidades españolas, de Estados Unidos, de países latinoamericanos como Chile, México, Perú y Venezuela, y de países europeos como Alemania e Inglaterra, siendo la obra del almoradidense seleccionada por "el gran nivel lírico del poemario, así como la belleza de sus imágenes poéticas y el gran potencial que la obra presenta para su futura edición ilustrada".
Además de la dotación económica de 3.000 €, el premio incluye la publicación de la obra ganadora por la editorial SM en la colección “Luna de aire”, que será ilustrada por un alumno de la Facultad de Bellas Artes del campus conquense y que se presentará el próximo mes de junio.

Licenciado en Filología Hispánica, José Antonio Lozano ya tiene publicado el libro de poemas 'Muerto mío'. En su trayectoria escritora cuenta con galardones como en el XV Certamen de Poesía Frias 2017, el IV Concurso de Relatos cortos 'Villa de Pedraza-2014' o el primer premio 'Ensayo breve sobre Juan Ramón Jiménez' por su obra 'Asnillo', publicada en el Diario de Mallorca en 1982. Hace unos meses conseguía ser finalista del Certamen Antonio Sequeros de Almoradí por "Caricias del Agua".
ENHORABUENA


Ruta de las dos márgenes del Segura

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Una interesante ruta, de unos 9 kilómetros, que nos conducirá por las dos márgenes del río Segura y que nos mostrará la historia y belleza de un tramo único, entre Casas señoriales y Marquesados.
(Para una completa descripción de los lugares y construcciones que cito en el recorrido, pinchar en sus correspondientes enlaces. Todas las imágenes están realizadas por el autor)


Nuestro recorrido comienza, como la RUTA DEL AZUD, en el antiguo cementerio, hoy sede la Junta Mayor de Semana Santa, al inicio del Camino del Río, parte de la Vía Augusta que conducía hasta la costa en dirección a Cartagena.

Tras dejar el carril bici, interrumpido a la altura del Polígono de las Maromas, continuaremos camino cruzando el entramado de la vía rápida, y a continuación, el actual puente que cruza el río Segura, ya que nuestra ruta transcurrirá en su primera parte, por la margen derecha, que tomaremos en la primera rotonda que encontramos tras cruzar el río.
Rotonda donde accederemos al río
Tras unos minutos de agradable paseo por este corredor verde destacará a nuestra derecha, a la altura de la carretera que une Algorfa con Benijófar, una enorme arboleda que forma parte de la finca de Las Bóvedas, antigua propiedad del Convento de Frailes Mínimos; finca que encierra una apasionante historia.
La finca de Las Bóvedas

Llegamos al soto 13, parte del proyecto de corredor verde que, lamentablemente, encontramos sucio y abandonado. En este punto destaca, también a la altura de la carretera Algorfa-Benijófar, la larga fila de cipreses que marca la situación del actual cementerio .
Actual cementerio municipal
En ese punto, si dirigimos nuestra mirada hacia la izquierda, divisaremos en lo alto de un montículo, también oculta entre una enorme arboleda, una magnífica construcción de evocador nombre: Miralrío de la Juliana; y debajo de ésta, un conjunto agrícola, hoy día también abandonado: La Juliana.
Miralrío y La Juliana
Después de casi tres kilómetros encontramos la entrada al soto AB2, otro de los grandes espacios verdes proyectados hace algunos años, el cual, contiene una enorme variedad arbórea y unas sorprendentes instalaciones, prácticamente en desuso. Existen contenedores de reciclaje, aparcamientos, paneles explicativos, zona de juegos infantil...aunque desconozco si se les está dando actualmente algún uso.
Entrada al Soto AB2
Llegamos al puente de la autovía, final del recorrido por esta margen, ya que aprovecharemos la infraestructura del saloducto de Torrevieja para cruzar el río y regresar hacia el inicio de la ruta. En este punto vuelve a destacar una enorme construcción, ya en estado ruinoso, La Julianita o Juliana Pequeña . Valdrá la pena desviarse unos metros y contemplar el hoy abandonado y enfermo bosque de Olmos que guarda la historia de la familia del IV Marqués de Cordellas.
La Julianita
Justo aquí, donde ahora cruza la autopista, fue inaugurado en 1884 el puente de hierro del ramal del ferrocarril que unía Albatera con Torrevieja (desmontado en 1993). Aprovecharemos para cruzar el cauce del río la infraestructura de hierro del saloducto, posiblemente el único del mundo, proveniente del Cabezo de la Sal de Pinoso.
Seguimos avanzando por nuestro recorrido hasta encontrar, a nuestra derecha, un magnífico panorama urbano de Almoradí. La altura de los modernos edificios construidos en las últimas décadas no han conseguido, afortunadamente, que desaparezca del horizonte la inconfundible silueta de las torres de la Iglesia de San Andrés con el Sagrado Corazón de Jesús.
Panorama urbano tomado desde este punto
También este es un buen punto para disfrutar de un paisaje único, el mejor de todo el trayecto, y no es otro que el propio cauce del río con la Sierra de Callosa como fondo. Cada momento del día, cada estación, hace irrepetible la belleza de un espacio que debemos cuidar y valorar.
Vista del río con la Sierra de Callosa
Llegamos a la Hacienda de  Río-Florido, el ejemplo más antiguo de Casa Palacio construida en toda la comarca, de  1300 m2,  perteneciente a la familia Viudes, Marqueses de Río-Florido, que la utilizaban como residencia señorial en verano y épocas de cosecha. De nuevo, una apasionante historia se esconde entre sus muros...
Hacienda de Río-Florido
Desde Río-Florido apenas nos quedará un kilómetro para abandonar la margen por donde ha transcurrido nuestro recorrido y volver así a nuestro punto de partida. Llegaremos al pequeño barrio del "puente del río" donde nuestro camino por la mota quedará interrumpido, unos cien metros aguas abajo del actual puente, por un pequeño muro de una vivienda levantada sobre los sillares del antiguo puente. En este punto, y es difícil imaginar, existía desde el siglo XVI un puente de mampostería del que aún quedan restos, y que tuvo una importancia fundamental en el pasado.
Restos de las piedras calizas del antiguo puente
Abandonamos el pequeño grupo de casas para retomar la carretera de Algorfa, dejando a nuestra derecha un largo camino de palmeras con dos majestuosos árboles que dan entrada al antiguo marquesado de Río-Florido. La vivienda, en ruinas, que destaca a la izquierda, fue construida por los descendientes de la familia Viudes tras segregar la finca por sucesivas herencias.
Entrada original a la Hacienda de Río-Florido

MEDALLA DE PLATA A PEDRO MONTESINOS Y PILAR BERENGUER.

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El pasado martes fue aprobado en Pleno
- por unanimidad de todos los grupos políticos- la concesión de la Medalla de Plata al Mérito Cultural a dos personas
muy queridas, íntimamente ligadas a la gastronomía
de Almoradí: Pedro Montesinos y Pilar Berenguer.
Lo que comenzó como una pequeña tienda de comestibles,
-conocida como “la de los huérfanos”-, y situada en un
cruce del camino de catral, se fue transformando en un
pequeño bar que dio paso, 50 años después, al
Ambos, de manera totalmente autodidacta, fueron pioneros
en incluir en su carta recetas de nuestros mayores, de
conservar los sabores y comidas de nuestra huerta y de
cocinar con productos tradicionales, algo que les sirvió
para convertir a Almoradí en un referente comarcal a nivel
gastronómico.
Por poner solo un ejemplo: en 1987 participaron en las que
fueron las primeras jornadas gastronómicas de la provincia
de Alicante, y su “Cocido de pava borracha” obtuvo el
reconocimiento de “Plato de Oro de la gastronomía española”,
plato que está registrado desde 1993 en la Oficina Española de
Patentes y Marcas.
La familia al completo en su restaurante hace algunos años
La gastronomía, al igual que otras expresiones de la cultura
-como la música, la danza o el teatro- merecen el
reconocimiento de quienes la impulsan, y en el caso
de Almoradí, es indudable que Pedro y Pilar han sido los
máximos exponentes del arte culinario local.



Mi más sincera enhorabuena a Pilar y Pedrín.



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